Un momento de los duros choques entre la policía y
manifestantes kurdos en la ciudad de Mahabad (Irán). Ekurd.net
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La muerte de una joven que intentaba evitar ser violada en la ciudad kurda de Mahabad, al noroeste de Irán, ha desencadenado una oleada de violencia durante la última semana y un clima de tensión como no se había vivido en esta región desde hace diez años.
Según los datos recabados por personas en contacto directo con esa zona, se contarían ya por cientos los detenidos, por decenas los policías y manifestantes heridos, algunos de gravedad, y el Gobierno de Teherán habría tenido que enviar refuerzos militares para controlar la situación.
Según estos testimonios y las informaciones difundidas por los medios de comunicación iraníes, tanto los oficiales como de la oposición, los graves disturbios comenzaron a primera hora de la tarde del pasado jueves 7 de mayo. A esa hora por la ciudad de Mahabad (280.000 habitantes) se extendió la noticia de que la joven Farinaz Khosrawani, de 25 años, se había precipitado al vacío desde el cuarto piso del hotel Tara cuando huía de un agente de seguridad que había intentado violarla.
Miles de personas se concentraron frente a este hotel, siendo insuficientes el medio centenar de policías enviados para contener la ira de los manifestantes. Tras una batalla campal, los policías optaron por abandonar el lugar y el hotel no tardó en ser presa de las llamas.
Horas más tarde, la policía, ahora con refuerzos antidisturbios, volvió a la zona del hotel, reproduciéndose los choques. Según las distintas fuentes, una treintena de manifestantes resultaron heridos, algunos por disparos. Entre ellos, el joven universitario Akam Telaj, trasladado de urgencia al hospital Imam Jomeini de Urmie en estado crítico tras haber recibidos sendos impactos en la cabeza y el pecho.